sábado, 20 de noviembre de 2010

La capacidad de gestión del Partido Popular. ¿Tanta como dicen?

El Partido Popular alardea constantemente de su capacidad de gestión, que contrapone a la ineficiencia y despilfarro que, según dice, caracterizan al gobierno socialista. Sin embargo, en estos últimos días, la realidad, que es mucho más tozuda que las declaraciones, nos ha traído dos ejemplos que ponen más que en duda dicha cualidad:

1. A mitad de semana, el Partido Popular de Catalunya lanzó su (tristemente) famoso videojuego en el que la heroína Alicia Sánchez Camacho disparaba proyectiles (bombillas de ideas, creo que los han llamado ellos) sobre inmigrantes y variados símbolos independentistas. Una vez el juego fue del dominio público y arreciaron las críticas, el PP acusó a la empresa informática que lo ha había creado de haberse equivocado y no haber hecho lo que ellos le habían pedido
¿Qué buen gestor contrata a una empresa para que le desarrolle una aplicación de software y la pone a disposición del público sin probarla ni revisarla antes? ¿Eso es lo que tenemos que esperar del Partido Popular si algún día vuelve a gobernar? 
Y, éticamente, ¿qué buen gestor echa las culpas de sus errores a sus proveedores? Eso está bien como táctica en el patio del colegio: "yo no he sido", pero cualquier empresa seria sabe que no puede escudarse tras el fallo (real o no) de un proveedor para quitarse de encima la responsabilidad de un mal producto o servicio que lleve su marca.
Hay quien dice (los hay maliciosos) que todo ha sido una maniobra perfectamente orquestada con la única intención de armar ruido y quizá así arañar algunos votos. Ni que decir tiene que si tal fuera el caso la opinión que nos merecería la patraña sería aún peor. ¿Quién podría fiarse de un partido así?

2. El Ayuntamiento de Madrid, tras años de obras faraónicas, arrastra una enorme deuda que su alcalde, Alberto Ruíz Gallardón, del Partido Popular, quería refinanciar, supongo que confiando en que, como hacen los bancos en crisis con su enorme cinismo, Madrid fuera considerada demasiado grande como para dejarla caer. Es decir, quería que el Estado le permitiera hacer la bola más grande... ¿hasta cuándo? ¿hasta cuánto?
Como el Gobierno no se lo ha permitido, ahora el alcalde del PP "amenaza" con retrasar el pago a los proveedores, que ya era de 9 meses (¡!), hasta los 12 o 14 meses(¡¡!!). ¿Qué empresa puede aguantar estos plazos de demora? ¿Cómo puede una empresa entregar un producto o prestar un servicio y tener que esperar más de un año para cobrarlo? ¿Qué pasará si estas empresas tienen que cerrar porque no pueden afrontar sus gastos, ya que a ellas nadie les permitirá demorar sus pagos un año o más? ¿Qué ocurrirá con las nóminas de sus empleados? Cuando estos empleados vayan al paro ¿será también culpa del Gobierno socialista? ¿Esto es lo que los empresarios pueden esperar de sus relaciones comerciales con las adminsitraciones en las que gobierna el PP?
Claro que, desde el propio PP, se le ha ofrecido al alcalde una solución . La presidenta de la Comunidad de Madrid, Esperanza Aguirre, le ha sugerido que, para pagar las deudas, venda el patrimonio de la ciudad. Otra gran gestora que se dedica a aquello tan antiguo de conseguir pan para hoy y hambre para mañana... vendiendo algo que, además, no es suyo.
Porque esto último es lo peor. Como toda propuesta "liberal", lo que hay detrás de la de Esperanza Aguirre es una liquidación de patrimonio público que sólo pueden comprar determinadas personas o grupos empresariales, que se convierten en los únicos beneficiarios de la venta de algo que, puesto que es público, es de todos. ¿Se imaginan el parque del Retiro privatizado y que se tuviera que pagar para entrar en él?
 

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