martes, 23 de febrero de 2016

BCN World: las grietas del independentismo

El nacionalismo solo es transversal e integrador cuando se lucha contra un enemigo común (real o imaginario), pero llega un momento en el que la realidad de los intereses particulares se impone al sueño ilusorio de la unidad, entonces todo se resquebraja y las luchas fratricidas superan a la lucha contra el enemigo exterior. Entretanto, mucho tiempo y esfuerzo perdidos.

  • BCN World es el primer toque de aviso. No solo la CUP está en contra, sino que los partidarios del proyecto tampoco están de acuerdo entre ellos.
  • El proyecto del trasvase del Ebro es otro punto de conflicto entre colectivos catalanes: los payeses de Lleida por un lado, los regantes de la margen derecha por otro y los de la margen izquierda por un tercero.
  • Y en Premià de Dalt la propuesta de la CUP de retirar el título de hijo predilecto de la ciudad a Jordi Pujol ha chocado con la oposición de CDC y ERC.
Continuará...
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BCN World: las grietas del independentismo


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domingo, 14 de febrero de 2016

Artur Mas, la contingencia de la incontinencia.


         El pasado viernes doce de febrero me crucé con Artur Mas en la calle, concretamente en el tramo central de la Diagonal de Barcelona, entre Tuset y Balmes. Eran alrededor de las cinco de la tarde de un día festivo, porque se celebraba Santa Eulalia, una de las patronas de la ciudad (sí, los santos siguen marcando el calendario festivo), y el ex presidente caminaba solo: sin compañía ni guardaespaldas que anduvieran tras él. No los necesitaba, porque, a excepción de mi mujer, que fue quien me advirtió de su presencia, nadie reparaba en él. 
       Mas iba vestido con una americana azul marino, una camisa clara sin corbata y unos vaqueros oscuros. Llevaba en la mano una bolsa como las que te dan en las tiendas de ropa de buen nivel: de papel recio, con asas; blanca. Sin embargo, aquel día las tiendas estaban cerradas, de modo que no venía de comprar. Aquella mañana había acudido a la inauguración de la línea 9 del metro, cuyas obras él había tenido tanto tiempo paradas. No sé en calidad de qué había asistido, porque ya no tiene ningún cargo oficial. Es posible, por lo tanto, que en la bolsa llevara un folleto publicitario de la nueva línea, o puede que, aprovechando este invierno primaveral que tenemos, hubiera ido a comer a un parque y transportara la fiambrera, ya vacía.

Los 7 magníficos inaugurando la L9.
Artur más, a la derecha, el único de los siete sin cargo público

         Nunca lo había visto al natural y me pareció desmejorado con respecto a la imagen que da en televisión: algo despeinado, envejecido, con la piel cetrina, falta de brillo y color. Tal vez eso se debiera a la ausencia de maquillaje, pero lo que no engañaba era su expresión: de enfado, con las ventanas de la nariz abiertas, como un dragón a punto de expulsar fuego o como si el aire oliera mal. Nos miramos mutuamente, él tal vez algo aliviado porque alguien lo había reconocido. Su semblante me recordó al de un solterón cabreado con un mundo que no comprende sus manías y lo condena a la soledad. Quizá era eso lo que sentía: la soledad de quien hasta hacía muy poco tiempo había pretendido ser una especie de Moisés que debía conducir al pueblo catalán hacia la tierra prometida y que en apenas un mes se había convertido en un paseante anónimo por una zona burguesa de su propia ciudad.
         Después de pasar junto a su lado me di la vuelta, para ver si el resto de la gente con la que se cruzaba lo reconocía y se fijaba en él. No me dio la impresión de que nadie lo hiciera. Al menos nadie volvía la cabeza como yo lo había hecho. Visto de espaldas, Mas ofrecía también una imagen triste, de derrota. Llevaba sus hombros rígidos, muy elevados, como si unos hilos invisibles tiraran hacia arriba de las hombreras de su americana, dejándolo cuellicorto. El psicólogo Alexande Lowen habría dicho que estaba como colgado de una percha, debido al miedo, porque según él los hombros se levantan con el miedo. Al llegar al semáforo de la calle Balmes se detuvo, porque estaba en rojo: los tiempos en los que esto no era un obstáculo para Artur Mas habían quedado atrás, probablemente de forma definitiva. En este mundo frenético, cuando alguien desaparece del foco durante una temporada es casi imposible que pueda volver a él. Olvidamos mucho y muy rápido.

         Somos eventuales, dependemos del aleteo de una mariposa. En el caso de Mas, su mariposa tiene nombre y se llama CUP. Un día (no muy lejano) sus militantes hicieron una asamblea para decidir si aceptaban o echaban al entonces presidente en funciones, y la votación acabó en empate. Según me dijo uno de quienes participaron, el empate fue real y solo con que hubiera habido un voto de más en alguna de las dos opciones, la decisión final habría sido respetada. Es posible que si uno de los asistentes a aquella asamblea hubiera tenido una vejiga con más capacidad y no hubiera estado orinando durante la votación, el día de Santa Eulalia no me hubiera cruzado con Artur Mas en la Diagonal de Barcelona, o mi mujer y yo hubiéramos tenido que esperarnos a que su coche oficial la cruzara con el semáforo en rojo. Y es que lo del aleteo de la mariposa queda muy poético, pero la realidad suele estar más próxima a la incontinencia y, cuanto antes la aliviemos, mejor.

domingo, 7 de febrero de 2016

La "pirámide" del PP

Lo público, ¿no es de nadie, como algunos quieren que creamos, o es de todos?


Artículo en D&R magazine: Me engañaste, me engañaste


No nos dejemos engañar.