sábado, 28 de mayo de 2011

Carlos Arias Navarro, Felip Puig y el desalojo de la Plaça Catalunya

Siempre había creído que existía un parecido razonable entre Carlos Arias Navarro, aquel siniestro personaje del franquismo, y Felip Puig, representante de la actual derecha presuntamente moderna, que ya ocupó cargo con Pujol y repite con Mas:





Desde la carga policial de ayer contra los acampados de la Plaça de Catalunya (Imágenes de la carga), no sé por qué, mi convicción se ha afianzado. Me da la impresión de que sus cejas asustadas, sus ojillos tristes y sus orejas despegadas se parecen cada vez más. No sé si Felip Puig tiene pensado dejarse bigote: señor conseller, yo no lo haría, alguien podría pensar que están regresando tiempos que creíamos idos para siempre.

lunes, 23 de mayo de 2011

Las elecciones del 22-M Un análisis breve y heterodoxo

Estas elecciones han puesto de manifiesto un hecho sobre el que deberíamos reflexionar, si es que todavía somos capaces de hacerlo después de tanta prisa como nos requieren para todo y tanto programa basura que ponen en la tele para llenarnos la cabeza y que no nos quepa nada más: ¿cuál se ha demostrado que es la principal virtud de un político? No es su capacidad de liderazgo ni de generar ideas ni de gestionar el bien público. Es la paciencia.
Paciencia ha tenido Xavier Trías, candidato de Convergència i Unió a la alcaldía de Barcelona, quien al tercer intento va a conseguir su objetivo. Ya fue candidato en 2003 y perdió, repitió en 2007 y volvió a perder, pero lo ha intentado ahora y ha ganado. ¿Es mejor candidato Xavier Trías ahora que hace ocho años? Seguramente no. Entonces ¿qué es lo que podemos concluir que ha sucedido? Pues que el nivel de sus rivales ha bajado, de forma que aquel candidato que en dos elecciones los votantes no creyeron adecuado para ser alcalde ahora lo será porque sus oponentes son peores. ¿No asusta un poco?
Bueno, pues ahí está Rajoy, que también lleva dos elecciones perdidas y que, tal como va la cosa, va a ganar claramente las próximas generales y se va a convertir en Presidente del Gobierno. Un candidato al que hemos rechazado dos veces, ¿será mejor una tercera?
Aveces, reflexionando, me entran escalofríos. Debe de ser por ello que nos gusta poco reflexionar y votamos lo que nos echen.

jueves, 19 de mayo de 2011

Elecciones del 22 de mayo. Algo se mueve: el movimiento 15-M y Escons en Blanc/ciudadanos en blanco

A los políticos les inquieta cualquier movimiento social que esté fuera de su control. Tanto es así que todos los partidos se han apresurado a mostrar su simpatía (en mayor o menor grado) hacia el llamado movimiento 15-M, lo que resulta una postura sorprendente porque significa ponerse del lado de quienes protestan contra ellos. Todos los partidos, también, tratan de canalizar la protesta hacia su propio interés, emitiendo el mensaje de que el movimiento no está contra su partido sino contra los otros: Izquierda Unida les considera prácticamente de los suyos, el PSOE dice que los entiende y opina que piden cosas razonables y justas mientras que el PP afirma que protestan contra Zapatero, responsable de todo lo que les pasa. O sea, como siempre: los partidos por un lado y la sociedad por otro.

La realidad es que los partidarios del movimiento 15-M están claramente en contra de todos los partidos políticos, ya que ninguno ha mostrado el menor interés en enfrentarse a los causantes de la crisis ni en luchar a favor de quienes la sufren sin haber tenido nada que ver en su gestación. Y da igual quién haya estado en el gobierno mientras todo esto ha sucedido, porque hubiera sido igual si hubiera estado otro (o peor, los catalanes empezamos a verlo ahora que está Convergència i Unió en el gobierno autonómico).
Pero, ¿es sincero el interés de los partidos por un movimiento como el 15-M? En mi opinión lo es sólo en tanto pueda afectar a sus votos, de ahí que todos intenten convencernos de que la protesta no va con ellos, sino con los demás. Por mucho que digan, la más que probable abstención de los partidarios del 15-M (en general, cualquier abstención) no les preocupa si sólo dejan de ser votos para sus rivales. Al contrario, por mucho que se les llene la boca en la noche electoral anunciando lo preocupados que están por la falta de participación, si cada partido consigue movilizar a los suyos lo demás les da igual, porque lo único que quieren es copar puestos y poder.

Cosa bien distinta sería que el movimiento 15-M se hiciera notar también en las urnas y no sólo fuera de ellas. ¿Cómo? Mediante el voto a candidaturas que se comprometen a no ocupar sus escaños si resultan elegidas: Escons en blanc / Ciudadanos en blanco tienen el compromiso de dejar en evidencia a los partidos y al sistema político dejando las sillas vacías y no cobrando del erario público. Un importante número de sillas vacías haría evidente durante toda la legislatura que hay mucha gente que no quiere participar de este juego de intereses creados, que hay mucha gente que quiere otra forma de hacer las cosas. El 22-M tenemos una buena oportunidad de hacer que nuestra voz se oiga, paradójicamente por la vía del silencio. No la desaprovechemos.

domingo, 15 de mayo de 2011

El debate de los candidatos a la alcaldía de Barcelona refuerza a Escons en blanc

Hace unos días vi en televisión el debate entre los candidatos a la alcaldía de Barcelona. No estaban todos, claro, sólo los de los cinco partidos más fuertes, como siempre. Tras oírles discutir, hablando todos a la vez, como si fueran contertulianos de algún programa de cotilleo, con frases del tipo "esto no se lo consiento", que habría suscrito Belén Esteban sin sentirse infiel a sí misma, acabé concluyendo que nadie merecía ningún voto y que la gente acabará votando al que considere menos malo.

Jordi Hereu, el candidato del PS y actual alcalde, tiene como lema de su campaña la frase "estoy convencido", que firmaría sin dudar cualquier paranoico, pero que ciertamente aporta poco valor a un proyecto político que debe tratar con la realidad y no con los convencimientos particulares del estilo del pensamiento mágico. Hay quienes están convencidos de que la tierra es plana y eso no convierte a nuestro planeta esférico en un rectángulo.

Xavier Trías, candidato por CIU, se aferra al discurso catastrofista de expresiones exageradas que, a fuerza de ser repetidas, acaban haciendo creer a algunos que son verdad. Que Barcelona es la capital de la mafia y la prostitución europeas es, quizá, su frase estrella. Pero también retó al actual alcalde a un salto de longitud o a una carrera de cien metros para demostrar que, como se ha rumoreado, no tiene parkinson (gran argumento político, sin duda). Aboga por el cambio, pero no dice en qué consiste, tal vez porque no quiere que le pase lo que a su jefe de filas, a quien el sábado ya montaron una gran manifestación contra los cambios que él ya ha introducido.

Alberto Fernández, candidato del PP, es como ese niño resabiado que es el primero de la clase pero no el más querido por sus compañeros. Incapaz de hacerse querer por sí solo, busca el apoyo de otro más fuerte para que le deje estar en su equipo y así pode jugar. En el debate del otro día, cada vez que Trías, el primo mayor al que ha elegido, atacaba al alcalde, él gritaba todavía más, allá en la sombra, respaldando a su capitán. ¿Ideas propias? Lo siento, no recuerdo ninguna.

Jordi Portabella, de ERC, juega a ser el gran hombre que está por encima del bien y del mal. Miembro del gobierno (y acaparador de cargos públicos) durante una temporada, ahora está fuera de él y se permite considerarse a sí mismo como alguien que apoya o se opone en función de lo que que debe ser, autoconvertido en una especie de de árbitro supremo del juego de las conveniencias.

Por cierto, lanzo una idea: igual como se propone limitar los mandatos de los cargos públicos, habría que limitar también el tiempo que deberían poder permanecer en la oposición: Portabella, Trías y Fernández llevan tanto tiempo en el Ayuntamiento que deberían marcharse ya, porque están tan viciados como si hubieran sido alcaldes durante varios años.

Queda Ricard Gomá, el candidato de Iniciativa. Quiere para sí los votos de la izquierda. Supongo que con esta finalidad titula su blog "utopies quotidianes", oxímoron de grueso calibre que lleva a pensar que este hombre no tiene las ideas claras, salvo cuando nos propone una nueva deidad a adorar: la bicicleta. Escuchándolo el otro día en el debate diríase que la bicicleta está ahí para curar todos nuestros males.

De los demás partidos, lamento decirlo, no sé nada: no salen en la tele. Al menos yo no los he visto.

¿Es alguno de estos proyectos el que queremos para una ciudad como Barcelona? ¿El que queremos para cualquier otra ciudad de Catalunya o del resto de España? ¿Seguiremos votando siempre al que consideremos menos malo? ¿Votaremos a uno para que no gane otro al que consideramos peor? Yo lo he hecho muchas veces. Supongo que muchos otros también.

Pero esta vez, en algunas ciudades, entre ellas Barcelona, existe la posibilidad de hacer oír la voz de los descontentos y que esta voz tenga su reflejo después en las instituciones: Escons en blanc / Ciudadanos en blanco. Votarlos significa que aquellos que no quieren al menos malo no sean solo un porcentaje de abstención el día de las elecciones. Votarlos significa que las sillas vacías se vean, para vegüenza de estos políticos mediocres cuya finalidad es ocupar la suya, cobrar del erario público y tomar decisiones sobre asuntos para los que no están preparados o, peor aún, para que sus intereses ocultos salgan beneficiados. Votarlos significa demostrarles que el voto en blanco es útil y que tiene fuerza, cuanta mayor fuerza tenga Escons en blanc, más claro quedará que existe la posibilidad de cambiar las cosas. No dejemos pasar la ocasión.

viernes, 6 de mayo de 2011

Rita Barberá, Bildu y el Tribunal Constitucional

No soy jurista ni experto en derecho constitucional y, por lo tanto, no tengo elementos suficientes para juzgar si es constitucional que Bildu se presente a las elecciones. Por el mismo motivo, tampoco los tengo sobre si es constitucional la ley del aborto ni sobre si lo es el Estatut de Catalunya. Tengo mi opinión, obviamente subjetiva y fundada más en lo que pienso que en lo que sé, supongo que como la mayoría de las personas, incluidos muchos de los cargos políticos. Sin embargo, vivo en un Estado de derecho en el que existe un organismo encargado de decir la última palabra sobre estos asuntos: el Tribunal Constitucional.

Este Tribunal decidió que algunos puntos del Estatut de Catalunya no eran constitucionales y ahora ha decidido que Bildu puede presentarse a las elecciones. Puedo estar de acuerdo con ambas decisiones, con una de ellas o con ninguna, pero lo que no puedo hacer es apoyar al Tribunal cuando estoy de acuerdo con lo que decide y quitarle autoridad cuando no lo estoy, echárselo en cara al gobierno como argumento cuando el Tribunal dicta como yo pienso y exigirle que actúe en contra de la sentencia cuando lo hace de forma contraria.

Esta mañana he escuchado unas declaraciones de Rita Barberá, alcaldesa de Valencia por el Partido Popular, es decir, un cargo importante del Estado, en las que atacaba al gobierno por no impedir que “ETA” se presente a las elecciones. No la oí criticar la sentencia sobre el Estatut de Catalunya, supongo que porque le gustó, pero esto es lo de menos. Lo importante, lo que subyace tras estas declaraciones es, una vez más, la peligrosa labor de deslegitimización del Estado de derecho que está haciendo el Partido Popular, que quiere unas instituciones al servicio de su ideología o de su conveniencia electoral, que quiere que el gobierno esté al servicio de la justicia o al revés en función de sus intereses, que no acepta la básica separación de poderes cuando no es de su gusto.

Hay que tenerlo en cuenta el próximo día 22, y el año que viene.

lunes, 2 de mayo de 2011

Nuevas elecciones. ¿A quién votar? Una nueva opción: Ciudadanos en blanco / Escons en blanc

Dentro de pocos días se celebrarán nuevas elecciones. Son municipales en toda España y autonómicas en algunas comunidades, pero salvo en las pequeñas poblaciones con candidaturas locales, se presentan los mismos partidos que lo harán en las generales de 2012 y sus líderes harán campaña y prestarán su imagen a los candidatos de sus filas.

Pues bien, resulta estremecedor leer los resultados del barómetro de abril del CIS (http://datos.cis.es/pdf/Es2885mar_A.pdf) y darse cuenta de que ninguno de ellos se acerca siquiera al aprobado. No sólo eso, aparte de a Rodríguez Zapatero y Rajoy, a los que conoce más del 90% de los encuestados, al resto los conoce la mitad o menos.
Aún así, estas son las opciones a las que tradicionalmente hemos podido votar. Ellos, por mal valorados que estén, se reparten los cargos. Da igual que la abstención sea alta o baja, no importa: los cargos son los mismos, los gastos que originan también y la mediocridad de los elegidos resulta conocida de antemano.

¿Qué hacer?
¿Vamos a darle la capacidad de gobernarnos, gestionar nuestros impuestos, diseñar la política educativa o sanitaria a gente a la que suspendemos? No se es médico, arquitecto ni ingeniero sin haber aprobado una carrera, ¿por qué nos vemos obligados a elegir a políticos a los que no aprobamos? 
Más aún: ¿Nos fiaríamos de un médico que hubiera aprobado su carrera a base de cincos raspados? ¿Y de un arquitecto? ¿De un ingeniero, quizá? ¿Vamos a poner enormes presupuestos en manos de gente en la que no confiamos lo suficiente ni para darle ese aprobado justito? ¿En gente imputada en casos de corrupción?
Y todo ello genera, además, enormes gastos que pagamos quienes no los aprobamos: las campañas electorales, los sueldos, las dietas y, en algunos casos, los importes desviados corruptamente, que nunca acaban por regresar a las arcas públicas.

No nos gustan y abstenernos no sirve. Hasta ahora no teníamos otra opción, pero ahora sí. Ahora tenemos la oportunidad de mostrar nuestro desacuerdo con las opciones existentes, pero dejando patente que ni nos desentendemos de la política ni nos refugiamos en una abstención inútil.
Queremos que nuestro voto sea útil y visible. Visible por ausencia: llenemos los parlamentos y ayuntamientos de sitios vacíos y, de paso, ahorremos dinero a los contribuyentes: sin cobrar sueldos, sin generar dietas, sin  despilfarrar ni apropiarse dinero público.
Queremos que sepan que no estamos de acuerdo con su proceder, con su estilo, con su mediocridad.
Queremos unos políticos mejores, más preparados, más honrados.
Queremos una mejor gestión, más inteligente, con más iniciativas, con menos intereses creados.

Entretanto, manifestemos nuestra protesta de una manera efectiva. Votemos por: