martes, 11 de noviembre de 2014

Elecciones 2011 y 9N: empate técnico entre PP y sí/sí



Pocas veces los políticos interpretan los resultados de unas elecciones de acuerdo con lo que matemáticamente significan, casi siempre lo hacen de forma sesgada, para acercarlas a sus intereses. Pero es que, además, muchas veces la distribución de los resultados no refleja lo que realmente han votado los ciudadanos, porque la ley electoral los desvirtúa. 

Así, nunca hemos oído decir a los políticos del Partido Popular que en las elecciones generales de 2011 obtuvieron solo el 30,99% de los votos del censo electoral. En cambio, les oímos decir con frecuencia que obtuvieron el voto de la mayoría de los españoles, lo que no es cierto, puesto que votaron al PP menos de la tercera parte de quienes tenían derecho al voto.
No es correcto siquiera decir que el PP obtuvo la mayoría de los votos útiles, puesto que habría que matizar siempre que esa mayoría fue relativa, no absoluta como, en cambio, se tradujo en número de escaños debido a la ley electoral, que beneficia a los partidos mayoritarios.

Mucho más significativos resultan aún los resultados de las elecciones europeas de 2014, que los políticos del Partido Popular también pregonan que ganaron, puesto que en esas elecciones obtuvieron solo el 11,71% del censo. Es decir votaron al PP menos de dos personas de cada diez con derecho a hacerlo.

En la consulta del pasado 9 de noviembre en Cataluña, la opción sí/sí obtuvo el 29,89% del "censo". Es decir, solo el 1% menos del porcentaje que al Partido Popular le sirve para gobernar España a su antojo y, desde luego, un porcentaje muy superior al que obtuvo dicho partido en las europeas que también "ganó".

Pero estos resultados están siendo descalificados por todos los políticos, analistas, periodistas y demás creadores de opinión cuando lo que deberían hacer es darse cuenta y explicar que algo está pasando para que en Cataluña se haya llegado a esta situación y que minimizarlo no es la mejor solución.



sábado, 8 de noviembre de 2014

La corrupción, la ignorancia y José Antonio Monago



Nada perturba tanto la vida humana como la ignorancia del bien y el mal. Cicerón


Cuanta mayor sea nuestra ignorancia, mayor será su capacidad de corrupción, de ahí que quieran que nuestra ignorancia sea mucha y pongan todo su empeño en ello:


Acceder al artículo: La ignorancia 







Cuando los diputados y senadores no tienen que dar cuenta del dinero público que gastan en viajes, ¿no es que ya la han legalizado?

Cuando el gobierno concede el tercer grado a Jaume Matas, en contra del criterio judicial, ¿no es que ya la han legalizado?

Y cuando no pueden legalizarla... nombran cargos judiciales afines al gobierno.




José Antonio Monago y la ignorancia

Cuando José Antonio Monago, el presidente de Extremadura (gracias al soporte de Izquierda Unida, no lo olvidemos), dice que él puede demostrar que ha pagado sus viajes particulares, está jugando con nuestra ignorancia, porque es fácil e inútil justificar los viajes particulares y lo que debe hacer es justificar sus viajes públicos.

Cuando dice que no recuerda lo que hizo durante varios años como político está jugando con nuestra ignorancia, porque lo que hizo no debería estar en su memoria, sino documentalmente justificado en la institución correspondiente.

Y cuando María Dolores de Cospedal le dice a José Antonio Monago "eres un referente, eres el presidente que quieren los extremeños"... francamente, ya no sé con qué juega, porque la ignorancia no puede llegar al extremo de que alguien pueda votar a un hombre que ya ha reconocido que es un corrupto, puesto que ha dicho que devolverá el dinero gastado, lo que implica que ha asumido su condición de ladrón del erario público... ¿y no le exigiremos que se vaya? ¿No exigiremos a Rajoy y Cospedal que lo echen?

...¿Y no les echaremos a ellos también, puesto que tienen como referente a un hombre que admite su culpabilidad?

martes, 4 de noviembre de 2014

No acudan a los conciertos de Isabel Pantoja.

Isabel Pantoja es una persona condenada a una sentencia de cárcel que, después de intentar eludir, está ahora intentando retrasar. El último argumento utilizado por su abogado es que la tonadillera tiene cuatro conciertos programados y que le iría bien entrar a partir del quince de diciembre.

No creo que los condenados tengan derecho a escoger la fecha de entrada en la cárcel, como si fuera la de un crucero. Dejando al margen, claro está, a los políticos corruptos, en cuyo caso escogen la de entrada y la de salida, si es que acaban yendo. Si fuera por compromisos laborales, como Isabel Pantoja, quizá muchos de los reos no entrarían hasta la edad de jubilación, bastaría con que tuvieran un trabajo, aunque en estos momentos eso sea algo bastante difícil. Pero ya sabemos que en España hay colectivos a los que cuesta hacer cumplir las leyes, si es que se consigue que las cumplan.

Los folclóricos, hombres y mujeres, son uno de ellos, porque representan algo así como el alma de España, y en un país donde el catolicismo tiene tanto peso da un poco de yuyu ir contra el alma. Muchos españoles sufren con las desgracias de los folclóricos y se deleitan con sus éxitos, ya se preocupan las televisiones (en especial TVE y su vergonzoso programa Corazón, Corazón) de que los compadezcamos cuando lo pasan mal y no los castiguemos cuando nos roban, porque nos dicen que también lo pasan mal y por lo tanto volvemos al punto anterior. 

Fue sonado el caso de Lola Flores cuando fue condenada por delito fiscal y se atrevió a pedir una peseta a cada español para poder hacer frente a la deuda. ¿Pagó socialmente por el delito y la posterior petición, que era toda una ofensa a los ciudadanos? No. La gente siguió acudiendo a sus actuaciones.

Farruquito es también un delincuente, de otro estilo, juzgado y condenado, que intentó culpar de sus actos delictivos a su propio hermano menor, y a quien el truco no funcionó porque hubo escuchas telefónicas que sacaron a la luz lo que sucedía. ¿Pagó socialmente por haber matado a un hombre conduciendo a gran velocidad, sin disponer de carné, sin proveer el obligado auxilio, dándose a la fuga e intentando culpar a otro? No. La gente siguió llenando los teatros en los que actuaba, más si cabe después del delito.

Ahora Isabel Pantoja se encuentra en una situación semejante: ha de ir a la cárcel y quiere posponer la cita alegando que tiene conciertos programados. ¿Pagará socialmente por haber robado dinero público de forma continuada junto con un hombre que ya está en la cárcel, cuya ex mujer también lo está? Esperemos que sí. En primer lugar esperemos que no le concedan la prórroga y entre en la cárcel con la misma puntualidad con la que un desahuciado es echado de su casa, pero si finalmente se la conceden, esperemos que la ciudadanía recupere el honor perdido y no acuda a sus conciertos.