domingo, 14 de julio de 2013

¿Importa algo que Rajoy dimita?




En estos momentos de total deforestación del bosque que constituye el Estado social de bienestar, poco importa que Bárcenas tire de la manta o que se cobije en ella, ni que el mundo entero pida la dimisión de Mariano Rajoy por haber encumbrado y mantenido en su puesto a un hombre al que sus propios colaboradores califican de delincuente, ni siquiera aunque Bárcenas fuera el recaudador de dinero de empresas a cambio de favores para el Partido Popular, ni si hubiera repartido sobresueldos ilegales en cajas de puros.



¿Importa que siga siendo el Presidente?
¿A alguien le importa que
siga siendo el Presidente?
Nada de eso importa. Ni importaría si Rajoy dimitiera, porque lo que realmente importa es que al Partido Popular le quedan dos años de legislatura para poder seguir aprobando leyes en favor de la banca, las grandes empresas y la iglesia católica y en contra de todos los demás, incluso de quienes les votaron y de algunos que hasta repetirían.
Le quedan dos años para tomar decisiones que quizá no tengan vuelta atrás, o que si la tienen será dentro de muchos años y a costa de mucho dinero de los contribuyentes, que no somos todos, hay que recordarlo.
Durante estos dos años, el Partido Popular:


  • perjudicará a los pensionistas y a los desempleados, dificultando su acceso a pensiones y prestaciones y rebajándoselas
  • Está modificando la ley del aborto, endureciéndola de acuerdo con los criterios de la más rancia iglesia católica.
  • Está modificando la ley de educación, dando preeminencia de nuevo a los contenidos impuestos por la iglesia católica. 
  • De forma general: la iglesia católica vuelve a dictar la política de nuestro país en aspectos clave.
  • Modificará la política hidrológica, y si construyen algún trasvase a ver quién lo desconstruye luego.
  • Está modificando la ley de costas, para que los constructores puedan seguir estropeando el litoral del que podrían gozar generaciones futuras a cambio de beneficios inmediatos que impedirán otros posteriores, porque nadie querrá visitar unos paisajes tan degradados.
  • Está modificando el poder judicial, politizándolo en beneficio propio y nombrando magistrados afines en puestos clave, para que dicten sentencia en su favor cuando llegue el caso. Tanto por lo que se refiere al poder judicial como al aborto, se está demostrando que Ruíz Gallardón es uno de los ministros más retrógrados que ha tenido España, franquistas incluidos.
  • Seguirá ayudando a los bancos con nuestro dinero, en lugar de hacer pagar a sus dirigentes por los desastres cometidos.
  • Seguirá con su estrategia de enfrentamiento de todos contra los catalanes, como si no conociera cuáles pueden ser las horribles consecuencias de provocar enfrentamientos nacionalistas, con la única intención de amalgamar a los ciudadanos del resto de comunidades en torno a su caciquil líder y mantener así esa parcela de poder territorial.
  • Y muchas cosas más, que sería prolijo relacionar aquí y que todos conocemos




¿No tendría más votos
esta cara retocada
que la de Mariano tal cual?
Pero es que, además, Si Rajoy se marchara, ¿alguien piensa que habría elecciones anticipadas? Ya les digo desde ahora que no, y les explico el argumento: en estos momentos de una situación económica tan delicada, lo que importa es la estabilidad y agotar la legislatura, para tranquilizar a Europa y los mercados, por lo tanto, Soraya Sáenz de Santamaría es nombrada presidenta del gobierno y aquí paz y después gloria.



Esto, además, tendría varias ventajas para el Partido Popular: una, daría una lección de democracia y transparencia al prescindir de un líder vinculado (o imputado, a saber) con un caso de corrupción; dos, sería el que habría nombrado a la primera mujer presidenta de gobierno en España, lo cual, entre otras cosas, le daría bastantes más votos en las próximas elecciones que si siguiera presentando a un Mariano Rajoy absolutamente desgastado y falto de credibilidad. Así que, casi mejor que no pidamos su dimisión, porque de conseguirla quizá tuviéramos unos cuantos años más de gobierno del Partido Popular.

sábado, 6 de julio de 2013

La invención del amor, de José Ovejero. La mejor oferta, de Giuseppe Tornatore

Hay novelas redondas que aumentan en el lector su afición a la lectura, que le sostienen la confianza en que, entre tanta oferta de mucho ruido y pocas nueces, siempre podrá encontrar alguna historia buena y bien contada que le entretendrá, emocionará y le hará reflexionar sobre las cosas de la vida.
La invención del amor, es una de esas novelas que lo tienen todo para satisfacer a ese lector que busca bucear en lo más hondo de sí mismo mientras lee historias sobre vidas ajenas inventadas, al tiempo que se lo pasa bien porque el relato es ameno e intrigante.
Su autor, José Ovejero, es uno de los grandes escritores españoles de la actualidad, aunque quizá no sea uno de los más conocidos. Un hombre versátil, que escribe ensayo tan bien como narrativa (y que, creo, debutó con un poemario) y que en esta novela, en mi opinión y aunque parezca exagerado, ha alcanzado una de las cumbres de la literatura española. Si es así o no es algo que el tiempo dirá, pero mi impresión es la de que me he topado con una obra perdurable, porque es de una densidad considerable y no un producto líquido que desaparezca por el desagüe nada más ser leído.
 
Ha querido la casualidad (¿existen las casualidades?) que terminara de leer esta novela el mismo día en que vi la película La mejor oferta, de Giuseppe Tornatore, dándose la circunstancia de que los dos personajes femeninos de ambas obras se llaman igual: Clara en la novela, Claire en la película.
No es en lo único en que ambas obras se parecen: las dos son retratos, detallados y completos, de hombres solos, de poca conexión social con el mundo en el que viven; ambos parecen sentirse más cómodos encerrados en su propio mundo que habitando el común con los demás. No es que sean unos solitarios, en el sentido de no relacionarse con la gente, ni mucho menos (uno tiene un trabajo público y el otro parece tener un largo historial con mujeres) sino que lo son en el sentido de no querer que su vida se mezcle mucho con la de los demás, no fuera a disolverse su esencia.

Pero a ambos les cambiarán las cosas cuando se topen con Clara/Claire, también dos mujeres muy parecidas, porque ambas están ausentes (aunque de forma bien distinta, que no voy a desvelar aquí, no quiero ser un spoiler para quien no haya leído o visto sus historias) y ambas son capaces de, con su ausencia, remover el yo profundo de los protagonistas masculinos y hacerlos salir de su caparazón para enfrentarse al mundo sin protección. El resultado tampoco lo escribiré aquí, pero sí que puedo contar que el viaje que ambos realizan es extraordinario, dotado de una coherencia interna que pocas veces se da en el campo de la narrativa, tanto escrita como visual, y que acompañarlos en él es sumamente gratificante para quienes contemplamos cómo evoluciona su vida mientras vamos viendo parecidos y diferencias con la nuestra y pensando sobre ello.


¿Se puede pedir más?