miércoles, 6 de junio de 2012

Dívar, los bancos y el dinero de Alemania


No sé si Alemania va a acabar poniendo dinero para salvar nuestros bancos mal gestionados, todo dependerá de si les sale más barato hacerlo que no hacerlo, pero yo, si fuera ellos, procuraría de todas todas tener bien controlados a los organismos o bancos a los que se lo prestara, no vaya a ser que les den dinero y dentro de poco nos encontremos con nuevos agujeros negros en los que desaparezca, no ya sin que nadie asuma responsabilidades por voluntad propia (solo faltaría, un chorizo lo es porque actúa como tal) sino sin que el Estado persiga a los responsables para encerrarlos hasta que devuelvan el dinero... y treinta años más después de haberlo devuelto, que ya hay algún listillo que quiere quedar libre si lo devuelve (aunque éste no fundía bancos).

Tal vez es porque la justicia española está más ocupada posicionándose en favor o en contra de Carlos Dívar, ese hombre de rodilla pronta ante un reclinatorio y culo presto ante una mesa de un buen restaurante y una cama de un hotel de lujo. Estando tan ocupado como está, ¿cómo va a preocuparse de los delitos que se producen en su país?



Aquí no solo no dimite nadie, sino que quien sabe no quiere hablar ni que se investigue: Fernández Ordóñez, el Gobernador del Banco de España, dice que contar todo lo que sabe sería una irresponsabilidad. Francesc Homs, portavoz del Gobierno catalán, dice que no pedirá más información sobre el presunto caso de corrupción de un diputado y ex alcalde de su partido (Convergència) que ha podido costar más de dos millones de euros a la Sanidad catalana (sí, esa que tanto han recortado) porque dice que ya lee el País. Y no digamos el propio Dívar, que se escuda en una norma interna de 1996 para no desvelar qué hacía en esos restaurantes y hoteles ni con quién (además del numeroso séquito de escoltas que lo acompañaba).
¿Han olvidado que son servidores públicos y que se deben a quienes les han encargado la tarea que han de llevar a cabo? ¿Quién merece saber qué es lo que pasa sino la gente a la que deberían servir? ¿Fernández Ordóñez nos considera inmaduros infantiles que no aguantaríamos lo que tuviera que decir o acaso teme que fuéramos a por él y los que oculta? ¿No tenemos derecho a saber si un alcalde se apropió de más de dos millones de euros que eran nuestros? ¿Tampoco nos hemos ganado el derecho a conocer qué grandes delitos investigaba y con quién nuestra máxima autoridad judicial y, de paso, el cargo público mejor pagado de España?

Por cierto, ¿recuerdan que Christian Wulff, Presidente de Alemania, dimitió hace poco acusado de haber aceptado un crédito en condiciones muy ventajosas? ¿Cuántos políticos quedarían aquí si tuvieran que dimitir por haberse aprovechado de su cargo para obtener algún favorcillo?

La diferencia con Alemania es tal, que debo despedirme agradeciéndoles de antemano que nos ayuden en todo lo que puedan (con dinero, con trabajo para los que aquí no lo encuentran), pero también dándoles un consejo: alemanes, andad con cuidado, no sabéis con quién os las habéis.


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