domingo, 24 de julio de 2011

El catalán, la universidad y el futuro

Esta semana se publicaron las nota mínimas para acceder a todas las carrera de las distintas universidades de Catalunya (ver La Vanguardia del día 21 de julio de 2011) y, también, la carreras más demandadas y las menos demandadas en cada Universidad.
La carrera más demandada en la Universidad Autónoma de Barcelona es Medicina, con 907 solicitudes; la menos demandada es Estudis de francés i català, con 3. En la Universitat Pompeu Fabra la más demandada es Derecho, con 592 solicitudes, la que menos Traducció e intrerpretació. Llengua de signes catalans, con 5. En la Universidad de Lleida la más demandada es Medicina, con 694 solicitudes, la que menos Estudis catalans i occitans, con 5.
¿En serio se ofrecen estas carreras y se gastará dinero público en ellas? ¿Va a haber profesores dando clase a estos alumnos y aulas ocupadas por ellos?
Todos los gobiernos autonómicos catalanes se marcan siempre como uno de sus puntos más importantes el fomento del catalán. Desde hace años, el catalán es la única lengua vehicular en la enseñanza pública o subvencionada en Catalunya (no, sin embargo, la de algunos colegios a los que ciertos políticos catalanes envían a sus hijos). Es sabido que existe un régimen de sanciones para aquellos que no rotulen sus productos o establecimientos en catalán, también que en carreteras y transportes públicos existe rotulación exclusivamente en catalán y que si hay que añadir otro idioma se prefiere el inglés al castellano. No hay que olvidar, tampoco, la ridícula presión hecha a las productoras americanas para que traduzcan sus películas al catalán, y otros muchos ejemplos más que sería prolijo enumerar.
Los políticos, casi siempre, cuando dicen lo que les interesa argumentan que es lo que les interesa a todos los catalanes y no a ellos: el poble català quiere esto o lo otro, pontifican. Pero lo cierto es que el poble català parece poco interesado en hacer del idioma catalán bandera de nada, y la demanda de las carreras que se le ofrecen es una buena prueba de ello.
Los jóvenes quieren estudiar medicina, derecho, ingenierías o periodismo, y lo quieren hacer con los mejores profesores, les hablen en catalán, castellano o inglés. Bueno, en inglés ya les gustaría, porque como se han pasado la primaria, la ESO y el bachillerato estudiando catalán y en catalán no les han quedado muchas horas lectivas para aprender inglés; como en el cine ven las películas dobladas y no subtituladas (que es lo que debería promover el gobierno catalán: que subtitulen en catalán, si quieren, pero que respeten las lenguas originales de las películas) tampoco han podido habituarse a usar el poco que saben. De esta forma sus posibilidades de abrirse al mundo quedan muy limitadas, pero a lo mejor es lo que nuestro bienamado gobierno nacionalista quiere: que no quedemos todos aquí, para que cada vez seamos más catalanes (el tamaño no sé, pero la cantidad, al parecer, importa) y podamos reivindicar aquello que no sirve para nada, mientras la derecha catalana en el poder se aprovecha de nuestra pobre formación para seguir explotándonos, recortando prestaciones sociales y procurando poner su domicilio en algún país extranjero en el que se paguen pocos impuestos, eso sí rotulando en catalán y declarando su amor por Catalunya.

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