jueves, 26 de noviembre de 2015

Mariano, somos unos incomprendidos

Se ha armado mucho revuelo a propósito de la negativa de Rajoy a participar en un debate televisivo con los candidatos de los otros tres partidos que parece que van a sacar más votos.
Pues no sé por qué. Yo entiendo perfectamente que Rajoy no quiera debatir.

Él dice que ya ha debatido mucho y que tiene otras cosas que hacer, como gobernar España, y que tiene una agenda muy apretada. 
Repito: lo entiendo. 


  • ¿Qué iba a hacer rodeado de políticos con gancho, que si no gustan a un colectivo gustan a otro, él, que solo tiene incondicionales acríticos y personas que lo votan porque los otros no le gustan y no porque les guste él?
  • ¿Qué iba a contestar cuando le dijeran que cuanto prometa para la próxima legislatura no será más que papel mojado, ateniéndose a lo que ha hecho durante esta legislatura que (por fin) termina?
  • ¿Qué podría argumentar cuando le dijeran que su promesa de acabar con el paro tampoco la había cumplido, puesto que estamos en niveles parecidos a los que teníamos cuando él llegó a la Moncloa y, encima, con trabajos más precarios y peor pagados? 
  • ¿Qué iba a decir cuando le echaran en cara los innumerables casos de corrupción que proliferan en su partido? 
  • ¿Qué contestaría cuando le afearan que hubiera puesto al pirómano Rato a apagar el fuego de Bankia? 
  • ¿Qué podría decir sobre su ministro de defensa, un hombre con fuertes vínculos con la industria armamentística cuya principal tarea debería ser salvaguardar la paz y evitar que se usaran las armas? 
  • ¿Y sobre el de Industria, ese canario abucheado en su tierra y que solo se preocupa de velar por los intereses de las grandes y más contaminantes compañías eléctricas?
  • ¿Y sobre su represor ministro del interior, ese iluminado caído del caballo en Las Vegas? 
  • ¿Y de su ex ministro de educación al que se ha buscado un excelente puesto de trabajo en París para que pueda vivir con su mujer en un pisazo de lujo? 
  • ¿Y de su ex ministra de sanidad, a la que le han buscado un carguito en el Congreso, para que tenga un sobresueldo con el que hacer frente a los gastos que ahora ya no le pagan otros, es decir nosotros? 
  • ¿Y de todos los elefantes que ha colocado en el cementerio del Senado, no para que mueran, sino para que sigan pastando tranquilamente tras perder elecciones y verse involucrados en casos de corrupción?
  • ¿Qué diría sobre....? Da igual, escojan el tema que quieran.
¿Ustedes debatirían si estuvieran en su lugar? 


Venga, sean sinceros. ¿No enviarían a la primera de la clase, aunque segunda en el gobierno, a partirse el cobre con los líderes de los demás partidos y evitar así un desgaste aún mayor que el que supondría su presencia allí, como ya hizo cuando la envió a bailar al Hormiguero?


¿Se imaginan a Rajoy bailando? Pues lo mismo pasa si se lo imaginan debatiendo.
Presidente, estoy contigo. Yo tampoco lo haría. 


Eso sí, y perdonen mi inmodestia, yo no sería tan... como para anunciarlo mientras pasara la velada en la cadena de radio de los obispos comentando el partido de fútbol del Real Madrid y dándole collejas a mi hijo (sí, ya sé que eran de broma, pero es que uno hace las bromas que le salen).


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