lunes, 19 de mayo de 2014

Si soy yo mismo, me temo; porque entraría a matar

Hace unos días se detuvo en Tavernes de Valldigna (Valencia) a un chaval de 19 años por haber publicado en twitter varios mensajes en los que celebraba la muerte de Isabel Carrasco y opinaba que otros políticos del PP también la merecían.
Por las mismas fechas, Arias Cañete, dos veces ministro del PP y actual número uno de la candidatura popular a las elecciones europeas, decía en una entrevista en la cadena Antena3 de televisión: sí soy yo mismo, me temo; porque entraría a matar, refiriéndose al debate que había tenido la noche anterior con la candidata del PSOE, Elena Valenciano.

Si Fernández Díaz, ministro del interior, considera que lo que dijo el chaval es apología del delito, ¿no debería considerar que lo que dijo Arias Cañete es propio de un psicópata al que habría que encerrar? Cuando alguien reconoce que si hubiera sido él mismo hubiera entrado a matar, ¿no está indicando que es poseedor de un inquietante estado de violencia interior que en algún momento podría llevar a la acción? ¿No debería recibir atención psicológica en lugar de aspirar a ser un representante de los españoles? ¿No fomenta la violencia machista cuando apela a la superioridad de la esencia masculina y, subliminalmente, propone que entremos a matar cuando discutamos con las mujeres, seres tan inferiores las pobres?

El chaval de diecinueve años, un adolescente desconocido, escribió en twitter, para sus pocos seguidores y en valenciano (ya saben, ese idioma raro que se habla en Cataluña y, dialectalmente, en Valencia). Es decir, si los medios de comunicación y el ministerio del interior no le hubieran dado eco, el twit no habría tenido repercusión alguna.
En cambio, Arias Cañete habló en una importante cadena de televisión y es un político relevante, actual candidato del PP a diputado europeo, pero que en realidad a lo que aspira es a ser comisario europeo (nada menos), cuyos lapsus linguae violentos no son un desliz de ahora, sino que vienen de lejos, pues en el año 2000 ya dijo que llevar a cabo el trasvase del Ebro sería "un paseo militar", o los machistas cuando, sobre el mismo tema y en el mismo año, dijo que se haría "por huevos".

Tanta insistencia no puede ser fruto de un desliz momentáneo, más bien da la sensación de que el señor Arias Cañete tiene serios problemas internos con la violencia y las mujeres. 
También tiene otro, externo, con el conflicto de intereses que plantea su labor de político con la de empresario en relación con el conflicto español con el Reino Unido por Gibraltar y con un problema medioambiental en la misma zona, pero intuyo que ha de resultarle difícil darse cuenta de ello si su mente está tan ocupada preocupándose de cómo demostrar ser superior a las mujeres y cómo ponerlas en su sitio si ellas se atreven a intentar situarse a su altura intelectual.

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