domingo, 27 de octubre de 2013

Mar Coll. Tots volem el millor per a ella: la vida como no queremos que hubiera sido.



He visto Tots volem el millor per a ella (Todos queremos lo mejor para ella) y he leído algunas críticas que me han dejado confundido, porque parece que yo he visto una película distinta a la de los críticos.
No quiero convertir este comentario en un spoiler, pero algo de la película tengo que contar, así que si alguien no la ha visto queda avisado.
Coincido plenamente con los críticos en que Nora Navas hace una actuación magistral. Esta mujer es una extraordinaria actriz, como ya demostró en Pa negre, películas de calidad muy alejadas de esas estúpidas comedias que TV3 tanto gusta producir y en las que ella había participado: Nora Navas estaba llamada a más altos vuelos y aquí la tenemos.

Ella es parte fundamental de la película, pero hasta aquí las coincidencias.
A mi no me pareció que Geni quisiera regresar a su vida anterior, a la "normalidad", y que su familia la ayude. ¿Qué parte de la película me perdí? Porque yo vi todo lo contrario: Geni, ahora, después del grave accidente, es cuando se da cuenta de la falsa vida que llevaba, es ahora cuando ve la realidad de sus relaciones familiares, es ahora cuando precisamente lo último que quiere es regresar a la "normalidad".

Veamos algunos ejemplos de lo que digo: 

  • Cuando no tiene con qué pagar un taxi y el taxista le pide que le deje algo en prenda mientras ella sube a casa para coger dinero, ella le deja el anillo de matrimonio. Ahí es nada lo que Geni quiere dejar atrás.
  • Y es que su marido la llama "peque", le da besos en la frente cada vez que ella intenta darle un beso en los labios, y no es capaz de tener relaciones sexuales con ella. Parece más que la trate como a una hija que como a una esposa.
  • Está claro que a Geni no le gustaba su trabajo de abogada, en cuanto puede deja de ir al bufete. En un momento de la película, mientras su hermana le redacta el currículo, Geni se pregunta en voz alta si quince años de trabajo de abogada es algo que está bien.
  • En el reencuentro con sus antiguos compañeros del Líceo Francés, no duda en tener un escarceo con un antiguo novio, al que dejó plantado y, según él, le rompió el corazón. Da la impresión de que Geni no quería ser el tipo de mujer en el que acabó convirtiéndose: la abogada casada con un arquitecto que viven en Pau Casals. Sin duda ella hubiera preferido otra cosa.
  • Pero, claro, ahí estaba ese padre autoritario y malhumorado, que aún ahora no hace más que reñir a su hija de casi cuarenta años, algo que, seguramente, había hecho siempre. A Geni, sin duda, le ha resultado difícil sobrevivir a un padre así, y seguramente más desde la muerte de su madre, veinte años atrás.
  • Y también está su hermana, siempre con ansias de protagonismo, que no soporta que ahora su hermana sea el centro de atención por su accidente, lo que queda patente en la escena en la que explica que a ella también le hubiera gustado viajar por el mundo o en su vestido durante la cena familiar por navidad en la casa de la montaña.
  • El papel de Mariana a mí no me parece un fallo, sino un completo acierto, por lo que tiene de catalizador en Geni: Mariana es de ese tipo de mujeres que han quedado ancladas en no se sabe qué momento de la adolescencia y sigue sin madurar. Geni verá en Mariana lo que ella quería haber sido muchos años atrás y no pudo o no supo. La ilusión de Geni, frustrada por la enfermedad de su madre, era ir a dar la vuelta al mundo con Mariana. Es tanto lo que pesa aquello que no hizo, que en la fiesta en el Liceo explica que realmente hicieron aquel viaje. Durante un tiempo, Mariana será el pasado que regresa, las posibilidades de realizar aquello que no pudo y acabará colgada de ella, hasta que Mariana, inestable, la abandona de nuevo y Geni tendrá una nueva dosis de realidad: aquella vida no volverá y Mariana nunca llegó a conseguir aquello que se propuso, no es la heroína a la que Geni admiraba.
  • Pero tampoco la que tiene ahora la satisface, no quiere estar junto a ese marido que le pone pomada en la herida y la protege como si fuera una niña, no quiere nada de lo que tiene. No quiere que todos quieran lo mejor para ella.
  • Sin embargo, con todo lo que he dicho, no quiero dar a entender que me parezca que Geni sea una mujer a la que los demás no comprenden porque no quieren. Tampoco para los demás es fácil la situación. Ha pasado casi un año desde el accidente de Geni y, se supone, que ahora es cuando mejor está desde entonces, por lo tanto, podemos imaginar que ni su marido ni su padre ni sus hermanas han vivido una situación fácil, pero, entiendo, una de las cosas mejores de la película es ese sugerir más que mostrar, ese saber hacer que no se vean los mimbres, ese intento de meterte en una situación difícil, para que también el espectdor, como la propia Mar Coll dice, quiere también lo mejor para ella.

Y, nada mejor que leer la opinión de la propia directora.


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