miércoles, 19 de diciembre de 2012

Cuando el dedo señala la luna... Wert, Mas y el ilusionismo


Cuando uno no quiere que la gente mire hacia un lado, no hay nada mejor que ponerle algo atractivo en el otro. Lo saben bien los ilusionistas, y también los políticos. Quienes no lo sabemos tanto somos el público en general, de lo contrario no existirían ni los unos ni los otros, y quedarnos sin ilusionistas sería una pena.

Ahora, en Cataluña, tenemos varias actuaciones ilusionistas de nuestros políticos que gozan de mucha aceptación, todas ellas ponen el catalán y la independencia en el lado haca el cual quieren que miremos, mientras que por el otro lado hacen progresar las medidas que nos retrotraen al siglo XIX.

El ministro Wert elabora un anteproyecto de ley para desmontar el sistema educativo público y nuestros políticos catalanes nos hacen mirar hacia la merma del catalán en las escuelas mientras intentan que todas las otras medidas pasen sin hacer ruido:

  • La reaparición de la asignatura de religión como asignatura evaluable, con su inherente componente acientífico y fomentador del miedo y la docilidad.
  • La pareja eliminación de la asignatura de Educación para la Ciudadanía, sustituida por una oscura asignatura de Valores Culturales o Éticos (según la etapa).
  • La relajación de los criterios para subvencionar escuelas privadas concertadas, incluyendo la segregación por sexos, con lo que ya no será un obstáculo para que los colegios del Opus Dei puedan obtener subvenciones mientras fomentan la discriminación de la mujer
  • La llamada libertad de elección de centro, que no es sino otra manera de favorecer los intereses de las escuelas privadas concertadas.
  • La otra segregación, la conseguida a través de reválidas e itinerarios cada vez más tempranos y encasilladores
  • el paso antidemocratizador en la gestión de los colegios públicos, con la relegación de las funciones del consejo escolar y la potenciación del director, nombrado por la administración
  • La definición de la educación como el motor que promueve la competitividad de la economía , como si nada más importara en la formación de las personas


Todo ello tiene como fin el hundimiento del sistema público de educación, de forma que quienes no tengan dinero para pagarse un colegio privado acaben con un nivel educativo de mucho menor nivel y no puedan aspirar a buenos trabajos, que quedarán reservados para quienes parten con la ventaja económica: es el fin de la igualdad de oportunidades.


Pero los políticos catalanes quieren centrar la atención en si hay más o menos horas de catalán o en si ellos pueden decidir un mayor o menor porcentaje de materias. Es su truco de ilusionista, porque el objetivo de Convergència i Unió es el mismo que el del Partido Popular, pero en catalán y manteniendo ellos el poder, porque entre ellos no hay diferencias ideológicas, sino pura lucha por el poder político.
Mientras tanto, el poder económico respira tranquilo, porque sabe que con estos juegos artificiales, con estas maniobras ilusionistas, ellos van ganando terreno mientras que los cada vez más empobrecidos ciudadanos salimos a la calle a gritar que preferimos que nos roben en catalán.

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