jueves, 1 de mayo de 2008

Artículo. Zaplana, made in China

El País del pasado 29 de abril publicaba una noticia sobre el descubrimiento de una fábrica en China que fabricaba banderas que simbolizan la independencia del Tíbet.
Hay un viejo y conocido eslogan periodístico que dice que no es noticia que un perro muerda a un hombre, pero sí que un hombre muerda a un perro. Es decir: es noticia aquello que se sale de lo normal.
Por eso me ha extrañado que un periódico haya considerado noticia el hecho de que exista un producto made in China, simbolice lo que simbolice; como si a estas alturas alguien tuviera el más mínimo reparo en fabricar lo que sea mientras obtenga beneficio a cambio. Lo mismo que no sería noticia conocer en qué negocios invierte su dinero el Vaticano: sean cuáles sean no deberían sorprendernos; o que el gobierno de Estados Unidos, cuyo ejército pasa por ser el más poderoso del mundo, subcontrate el mantenimiento de la seguridad de Irak a una compañía privada; o que algún político español abandone el puesto para el que fue elegido por los ciudadanos para pasar a ocupar un cargo directivo (con salario astronómico) en una compañía privada, sin que se le conozca la más mínima experiencia en el ramo al que dicha compañía se dedica.
...Como tampoco debería llamarnos la atención que haya quien se oponga con todos los medios a su alcance a que se impartan asignaturas como la de Educación para la ciudadanía, porque, mientras aprendamos revelaciones divinas incuestionables y no ética, derechos y deberes de este mundo, seguiremos acatando sin chistar estas renuncias a responsabilidades adquiridas y no cuestionaremos que, aquellos que fueron elegidos para servir a su país, cuando ven que los vientos soplan en contra de sus intereses, huyan rápidamente para cuidarlos y prescindan de las obligaciones a las que sus promesas los vinculan.

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