jueves, 16 de octubre de 2014

Mas, Serbia y el Real Madrid-Barcelona

Hace unos días, en un partido de fútbol entre Serbia y Albania quedó claro cuál es el terreno en el que se acaban dirimiendo las disputas nacionalistas, que no fue precisamente el del propio deporte, sino el de la pelea entre los jugadores de ambos países: el partido acabó a golpes después de que alguien (al parecer el hermano del primer ministro albanés) hiciera volar sobre el terreno de juego un dron con la bandera de Albania y que un jugador serbio tirara de ella y la hiciera caer.

Las cabezas temerarias del independentismo catalán ya tienen una idea y un lugar donde llevarla a cabo: el madrileño estadio Santiago Bernabéu, donde la próxima semana se juega el Madrid-Barcelona de la liga de fútbol.
No sé si alguien será capaz de hacer volar un dron con la estelada, todo es posible, pero si pasara eso o si pasara cualquier otra cosa que provocara violencia, solo tendría un responsable: Artur Mas.
Da igual que quien hiciera tal cosa fuera seguidor de otro líder o pensara serlo él mismo, Mas ha sido el que ha encendido la mecha y todo lo que explote a continuación será responsabilidad suya.

Ya lo he dicho en varias ocasiones, pero quiero insistir: Artur Mas es un personaje mediocre, acomplejado por su incapacidad para el liderazgo, aplastado bajo el peso del inconmensurable Pujol, que es alguien capaz de hacer que Cataluña gire en torno a él siendo presidente o declarándose delincuente.
Mas quiere emular al padre pero, como en la realidad no puede, se entrega a un delirio que le hace pensar que lo conseguirá, cree que es el Moisés que nos hará cruzar las aguas de la independencia, papel que ya interpretó para el cartel con el que concurrió a las últimas elecciones autonómicas, aquellas en las que perdió tantos diputados que lo dejaron en manos de ERC.
Ese fue otro revés para su ego desatado que intentó superar con un más de lo mismo: ahora debía superar a quienes le llevaban ventaja en independentismo y organizó el sainete del 9N, con la engañosa colaboración de la ANC, ese ente integrista plagado de pseudointelectuales que tergiversan la realidad para promover el delirio también entre los ciudadanos, como Víctor Cucurull, un ex candidato de la UCD hoy reconvertido en inventor de un catalanismo omnímodo e intemporal, que pregona que Cataluña existe como nación democrática desde antes de Cristo y que fue la cuna de Cervantes o Santa Teresa, tal como explica en el siguiente vídeo.




Que alguien pueda seguir pensando que la independencia nos hará libres después de escuchar una conferencia como la de Víctor Cucurull demuestra que el delirio ha calado en la sociedad, y eso es peligroso, porque cuando se confunde la realidad con la ficción se tiende a actuar de acuerdo con la segunda y separarse de la primera, porque la ficción gusta más que la realidad. El único problema es que es irreal.

Creo que lo más sensato que podrían hacer los políticos catalanes sería relevar del cargo a Artur Mas, alegando incapacidad mental, no sé si transitoria o permanente, pero su persistencia en el delirio lo hace una persona peligrosa para la convivencia. Y, por supuesto, que no pongan a su clon Homs en su lugar.











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