Lo primero que hizo Jorge Fernández Díez como ministro del Interior de Mariano Rajoy fue sustituir a los mandos de la policía.
¿Por qué? Parecía una decisión extraña, porque la policía es un cuerpo técnico, en el que lo que cuenta es hacer bien el trabajo. Es lo mismo que sustituir al jefe de bomberos, al de una central nuclear o al de la jefatura de tráfico. A todos ellos se los debería medir por su capacidad y honradez, no por sus opiniones políticas.
Se rumoreaba que algún cese se hubiera debido a que el afectado no hubiera seguido la llamada teoría de la conspiración de los atentados del 11-M, promovida por algún sector de la derecha más recalcitrante pero, siendo el ministro Fernández un hombre que se define como cristiano (y, según se dice, miembro del Opus Dei), es evidente que no hubiera actuado con esa mala fe, ya que el catolicismo lo prohíbe.
Así que seguía el misterio...
El País 21/02/2012 |
¡Y aún hay quien se sorprende de que en la feria de ARCO un artista nos recordara que Franco todavía está fresquito en el cerebro de algunos! Franco, el poder que no cesa
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